La cantautora cristiana Doreen Zayas presenta su primer sencillo musical “Quiero libertad”, una salsa en la que relata cómo fue sanada de leucemia de manera milagrosa.

Su inclinación hacia la música comenzó durante la adolescencia, tras participar en una competencia de talentos, en el Colegio del Carmen en Trujillo Alto, donde cursó estudios. Ganó el primer lugar con el tema “Hay barrunto en el caño de San Miguel”, popularizada por la cantante puertorriqueña Lunna.

Fue así como, a los 16 años, la intérprete cristiana, natural de Trujillo Alto, inició su preparación y formación con clases de solfeo y canto.

Su padre, al conocer la admiración que sentía hacia Lunna, le consiguió una cita con ella y el productor, músico y arreglista Ángel “Cucco” Peña, quienes les grabaron las pistas de los temas de la artista para que ella pudiera cantarlas en el próximo “talent show” del colegio.

Gracias a Cucco Peña, quien le enseñó a cantar coros para campañas publicitarias, fue contratada para grabar jingles con reconocidas voces del patio como Gilberto Santa Rosa y Dagmar.
Su primera experiencia profesional en la música fue en 1992 con Chantelle, grupo del que también salió Olga Tañón. Con la agrupación grabó la producción “Que Bien”, en la cual tuvo la oportunidad de interpretar tres temas: “Siento rabia”, “Que bien” y “Tú me tienes así”.

La letra de la canción, según explica, es producto de un periodo de ayuno y oración con Dios. Fue grabada en el Flame Music Studio del conocido merenguero Oscar Serrano. Los arreglos estuvieron a cargo del ex director musical de Grupo Mania, Jaime “Jimmito” Ramírez. Mientras, el Pastor Reynaldo “Chino” Santiago, ex vocalista de esa agrupación, fue el productor del tema y coach vocal de Doreen.

“Esta canción nace en mi cuarto, en el que estuve encerrada tres días en ayuno y oración. Comencé a escuchar unas trompetas, y oía un coro… Le pregunte a Dios: ‘¿Me estas dictando una canción? ¿Y en salsa?…’ Nunca he cantado salsa en mi vida. Pero en obediencia, la escribí y la grabé”, señala la intérprete, quien fuera una de las voces del grupo femenino de merengue Chantelle.

Hace trece años que Doreen superó todos los pronósticos médicos, y, tras 11 meses postrada en una cama, fue sanada sin tener que recurrir a un trasplante de médula ósea, contrario a la recomendación de su especialista. Aferrada a su fe, la cantante se negó a someterse a dicho procedimiento con la confianza de que Dios la sanaría. Recuerda que oraba tres veces al día, y cantaba los “únicos tres coritos” de adoración que sabía entonces, cuando recién había abrazado el cristianismo y no conocía a profundidad la palabra.